4/6/13

Acabo de volver de mi última escapada a Marruecos, ese país vecino tan misterioso, bello y lleno de sorpresas. Como siempre, la experiencia ha sido para repetir: paisajes que te dejan boquiabierta, gentes acogedoras que te colman de atenciones, una gastronomía absolutamente desbordante en sabores, aromas y colores... y por supuesto, su maravillosa artesanía.

Hoy quiero hablaros un poco de la joyería bereber, un reto para cualquier artesano joyero, la cual cuenta con una historia fascinante que me gustaría explicaros.

La joyería bereber es el testimonio de la historia de este pueblo del norte del país, una historia de batallas contra los diversos ocupantes que han pasado por sus territorios a través de los siglos (fenicios, libios, griegos, romanos...)

En el pasado, las mujeres bereberes utilizaban las joyas como armas de defensa cuando iban a trabajar en el campo. Éstas eran joyas de grandes dimensiones, que ocupaban todo el pecho, o amplios y pesados brazaletes con los que podían repeler el ataque de posibles agresores.

Con el paso del tiempo pasaron de usar las joyas de plata como armas de defensa a usarlas para adornar la ropa y el cuerpo. Los hombres eran los encargados de comprar esas joyas de plata debido al alto precio de las mismas joyas en oro, y por este motivo se fue extendiendo el uso de las joyas de plata, aunque el bronce es también ampliamente utilizado.

La decoración en joyería bereber es casi exclusivamente geométrica y floral, con letras amazigh (caligrafía bereber) y una gran variedad de filigranas, ornamentos, esmaltes y piedras preciosas y semipreciosas, lo cual le aporta ese colorido y suntuosidad tan característicos.



Los métodos de trabajo no han cambiado mucho a lo largo de los siglos. La joyería bereber se sigue realizando artesanalmente y su proceso de creación es extremadamente laborioso.

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