Existen diversos modos de patinar el metal, tanto químicos como naturales, y tantos acabados como puedas imaginar. En esta ocasión optamos por un color turquesa-verdoso y lo conseguimos con ingredientes lo más de proximidad posible.
Partimos de unas piezas de cobre, las cuales limpiamos a fondo con detergente para eliminar grasas e impurezas.
Sumergimos estas piezas en una solución de vinagre y sal durante unas horas. El vinagre limpia el metal más a fondo y lo prepara para la acción de los gases del amoníaco.
A continuación colocamos las piezas en un container hermético de plástico en el que ponemos un poco de amoníaco en el fondo o bien dentro de un pequeño recipiente. A continuación, procedemos a espolvorearlas abundantemente con sal. La sal tiene un efecto corrosivo que, unida a los gases del amoníaco, dará al cobre esos matices verde-azulados que andamos buscando.
Éstas son nuestras piezas de cobre después de unas 24h sometidas a los efectos sal-amoníaco, previamente eliminados los restos de sal y puestas a secar al sol.
Y aquí las tenéis listas para llevar!
Vaya chulada!! ¿y esto se puede hacer también con plata o bronce?
ResponderEliminarHola Vanesa!
ResponderEliminarEn plata no funciona, pero en bronce o latón sí :)
ES CONVENIENTE PROTEGERLO CON CERA ANTES DE USAR?
ResponderEliminarSí, hay que darle cera o laca porque si no, la pátina con el roce se va cayendo.
ResponderEliminarbuenas noches, quisiera saber en cuanto al segundo paso si la pieza se debe colocar dentro de un recipiente con amoniaco con sal y dejarse durante 24 horas?? .. gracias!
ResponderEliminarCorrecto, pueden ser 24h o más según la intensidad que busques. Buena suerte!
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